La gastronomía española está llena de peculiaridades, como en cualquier otro lugar. Pero, más allá de los platos que puedan surgir de cada rincón del país, sin duda la invención más curiosa de España es la tapa.

La pregunta es: ¿por qué en España?

¿Por qué el hecho de tomar una pequeña ración de comida cuando bebemos algo es tan tradicional aquí, y solo aquí?

Es curioso que los extranjeros adoren venir a España y disfrutar de esta tradición y, sin embargo, nadie lo haya exportado nunca.

Curiosidades que nunca podremos explicar. Como tampoco podemos explicar a ciencia cierta de dónde viene la tapa, ese concepto tan español. Porque, cuando hablamos del origen de la tapa, son muchas las historias populares pero no hay ninguna más cierta que otra.

¡Te las contamos!

¿De dónde vienen las tapas?

Nos encantaría poder deciros que el origen de la tapa viene de un sitio concreto, que todo el mundo estuviera de acuerdo con esa teoría, y asunto zanjado. Pero entonces tal vez no estaríamos contando esta historia.

Porque, como todas las buenas historias, el origen de la tapa es desconocido y basado en historias populares, leyendas y teorías que se contradicen. Y qué bueno que así sea, porque en este país de historias populares vamos bien servidos.

Existen muchas historias sobre el origen de la tapa, y vamos a agruparlas en dos.

La tapa: del palacio a la taberna.

Varias de las diferentes teorías sobre la tapa están relacionadas con diferentes Reyes de la historia de España.

• La primera de ellas nos remonta al siglo XIII, con Alfonso X ‘El Sabio’. Se dice que, debido a una enfermedad, el médico le recetó tomar una cantidad de vino diaria. Para evitar los efectos derivados del alcohol, decidió acompañarlo con algo de comer y, le pareció tan buena idea que decidió instaurar semejante idea en los mesones y tabernas del reino.
• La siguiente historia nos lleva un par de siglos más adelante, con los Reyes Católicos. La historia cuenta que en las tabernas se producían muchos altercados debido a la ingesta de alcohol de los parroquianos. Por eso los Reyes Católicos obligaron a servir las jarras de vino con una tapa de madera y algo de comer encima. La regla decía que, para poder beber el vino, primero había que comer la comida puesta en la tapa. Así, los efectos del alcohol eran menores y se producían menos incidentes.
• Otro rey, en este caso Felipe II, es el protagonista de la siguiente historia, que cuenta que, cuando se acercaba a ver las obras del Escorial, los taberneros del camino le esperaban con una jarra de vino tapada por una loncha de jamón para evitar que entraran moscas o suciedad.
• Por último, saltamos unos cuantos siglos y nos encontramos con Alfonso XIII y una historia muy similar que dice que, camino a Cádiz, le pusieron una tapa de jamón para evitar que entrara polvo, arena o moscas en su copa de fino.

Como podéis ver, son varias las historias que nos hablan de reyes en el origen de la tapa. Pero también existen historias del pueblo llano, por supuesto.

La tapa: del pueblo y solo del pueblo.

También existen teorías que dicen que nada de lo anterior es cierto, y que la tapa es una tradición creada por el pueblo. De entre todas las historias -menos artificiosas que las anteriores- destacan dos:

• La primera dice que tiene su origen en Sevilla, donde la gente adinerada de los clubes privados pedían bebida a las tabernas cercanas. Estas bebidas venían tapadas por lonchas de queso o embutido para evitar que entrara nada indeseado dentro de ellas.
• La otra, mucho más sencilla, nos cuenta que los trabajadores del campo necesitaban llevarse algo al estómago a medio día para poder seguir trabajando el resto de la jornada. De ahí la tradición de comer algo pequeño con un trago de vino.

¿Qué historia es verídica?

Todas. O ninguna.

La realidad es que no se sabe cuál de ellas es la verdadera, ni siquiera si alguna de ellas lo es. Nos inclinamos a pensar que todas tienen su parte de ciertas y que todas forman parte de la historia de la tapa.

Fuera como fuere, la realidad es que la tapa viene marcada en el ADN de los españoles y que ha llegado hasta nuestros días, donde está viviendo su época de mayor esplendor.

La tapa en la actualidad: un concepto al alza.

Independientemente de quién, cuándo y dónde se haya originado la tapa, la realidad es que, hoy en día, es un concepto de moda. Salir de tapeo, algo tan integrado por los ciudadanos españoles, es objeto de veneración por parte de turistas extranjeros que vienen a España a disfrutar de la gastronomía a base de tapas.

Si bien es cierto que, como país lleno de controversias y contradicciones, ni siquiera tenemos un concepto unificado sobre el funcionamiento del ‘tapeo’.

En el País Vasco, por ejemplo, las tapas -llamadas pintxos- se pagan. Y bien pagadas, si bien es cierto que la variedad de elección es muy amplia y son tapas muy elaboradas.

En Granada y otros lugares del sur la tapa es gratuita y de tal tamaño que, con un para de cañas o vinos, puedes darte por comido.

Además, los chefs de alta cocina han dado un impulso a la tapa elaborando platos con técnicas culinarias ultra modernas en formato tapa.

Sea como sea, lo que es evidente es que la tapa va ligada al folclore español, y nos encanta que así sea. Los que vienen de fuera, que se diviertan. Que vengan y disfruten de nuestras tapas de ensaladilla, de bravas o de tortilla.

La tapa es nuestra historia y nuestra tradición. Disfrutemos de ella.