Quedarse en casa suele ser sinónimo de relajación o también de llevar a cabo ciertas responsabilidades (hacer tareas domésticas o deberes en el caso de los niños). Pero también se pueden hacer planes alternativos con los que pasar un buen rato en familia. En este post te damos diferentes ideas un fin de semana en casa.
Disfrazarse en familia
En esta actividad los niños ponen en marcha su imaginación y creatividad ya que tienen que buscar entre la ropa vieja (de ellos o de sus padres) aquellas prendas y complementos con los que formar un disfraz. Después de elegir el atuendo y con toda la familia en conjunto se puede realizar un concurso de disfraces en el que a través de la puntuación, todos voten cuál es su favorito. Además se puede argumentar el voto con distintas razones: por su originalidad, por ser divertido, por salirse de los cánones establecidos… De este modo, los niños practican el debate mientras pasan un rato ameno.
Jugar a videojuegos… pero todos juntos
Una forma de conocer mejor las aficiones y gustos de los más pequeños de la casa es compartirlas con ellos. Así que ya que los videojuegos suele ser una de las actividades de ocio que más demandan los jóvenes (sobre todo en la adolescencia) se les puede proponer llevar a cabo una competición entre toda la familia al videojuego que más le guste (siempre que no incite a la violencia u a otros contenidos inapropiados). Así, los niños practican capacidades relacionadas con la habilidad o la concentración, además de compartir tiempo con sus padres y hermanos.
Montar un escape room casero
Ya que los escape room se han puesto de moda hasta dentro del aula, ¿por qué no montar uno en casa? Se puede hacer con distintos niveles de dificultad dependiendo de la edad de los niños. Si son pequeños, se pueden esconder algunas pistas por toda la casa (en papeles, con colores llamativos que incluyan mensajes escritos o dibujos) y que les lleve a encontrar un tesoro: una entrada a la película que tantas ganas tienen de ver o una salida todos juntos a un lugar al que les gustaría ir. Si son adolescentes se les puede encargar la misión de crear un plano de toda la casa dibujando todos los elementos que la componen y escondiendo ellos mismos el ‘tesoro’ a través de distintas pruebas, que también pueden inventarse.
Representar una función… en el salón
A través del teatro los niños ponen en práctica la comunicación, expresan sus emociones y pierden el miedo a hablar en público. En casa se puede crear una obra de teatro desde cero: se elige un cuento infantil y se crea un guion teatral en el que todos los miembros de la familia tengan un papel que representar. Después hay que pensar en la duración de la obra, el vestuario y el día del estreno (al que se puede invitar a otros familiares como por ejemplo los abuelos).
Convertirse en ‘booktubers’ por un día
Los booktubers son, por lo general, jóvenes a los que les encanta la lectura y que utilizan YouTube para compartir recomendaciones de sus libros favoritos. Siguiendo esta misma premisa, en casa los niños se pueden convertir en ‘booktubers’ por un día: eligen el libro que más le guste o que hayan leído recientemente y lo reseñan en vídeo para que todos puedan conocer de qué se trata. También y si les gusta la experiencia, pueden realizar otros vídeos con recomendaciones de lecturas, por ejemplo.
Reorganizar alguna estancia de la casa
En una casa el orden es fundamental para sentirse cómodo y tranquilo. Una actividad que se puede llevar a cabo en familia es reubicar los muebles o reorganizar una estancia entre todos. Por ejemplo, el salón. Cambiar de orden los muebles, redecorarla con otros objetos e incluso darle otro color a las paredes fomenta el trabajo en equipo además de incentivar la toma de decisiones de todos los miembros de la familia.
Fomentar el reciclaje
Hay numerosos objetos cotidianos que se encuentran por casa y que pueden tener una segunda vida. Además, de este modo se enseña a reciclar a los más pequeños. Para ello tan solo hay que observar algunos de esos objetos, como los tubos de cartón del papel higiénico (con los que se puede fabricar los brazos de un posible muñeco); una lata vacía para transformarla en un bote útil para guardar lápices o bolígrafos o convertir una pinza de ropa en un marcapáginas.
Realizar un árbol genealógico con las fotografías familiares
Para realizar esta actividad tan solo se necesita tener a mano todos los álbumes familiares y que los más pequeños de la familia sean los encargados de recopilar una serie de datos necesarios para crear el árbol genealógico familiar: fechas y lugares de nacimientos, profesiones… Una vez que se dispone de dichos datos tan solo hay que decidir cómo de grande se quiere ese árbol (haciendo uso de algunas de las plantillas que se pueden encontrar en la red) e ir incorporando fotografías que también pueden buscar los más pequeños. De este modo, se refuerzan los vínculos afectivos con todos los familiares (cercanos o lejanos) y se fomenta el respeto y la empatía hacia los mayores.
Escribir un relato
En ocasiones, a los más pequeños y también a los adolescentes no les agrada contar cómo les ha ido el día o lo que han hecho en el colegio. Una opción para que puedan compartir aquello que les apetezca de manera creativa es a través de un relato. Se les puede proponer un taller de escritura creativa con premio (puede ser simbólico) para el participante que escriba la mejor historia. Para ello, existen multitud de recursos online para escribir, paso a paso, un relato y personalizarlo de manera sencilla. Se les puede aplicar, además, un tiempo para llevarlo a cabo. De este modo, se fomenta la motivación y la curiosidad de los jóvenes.
Organizar unas ‘olimpiadas’ en familia
Una opción para fomentar el movimiento en casa es llevar a cabo una especie de ‘olimpiadas’ en las que cada uno de los miembros de la familia enseñe al resto lo que lo que puede hacer con su cuerpo para practicar el movimiento: saltar, llevar a cabo una carrera, bailar… Para hacerlo más divertido, se puede aplicar una puntuación del uno al diez y el que pierda tiene que hacer alguna acción por los demás: preparar la comida o la cena; sacar al perro a pasear o limpiar alguna parte de la casa…
Fabricar un mini huerto urbano
Esta actividad resulta ideal para pequeños y mayores, ya que es una forma de mantener contacto con la naturaleza en el propio hogar a la vez que se fomenta la participación entre todos los miembros de la familia.Se puede empezar con algo fácil: comprando un pequeño semillero con las semillas de las plantas elegidas. Eso sí, es muy importante que los más pequeños sepan con qué tipo de planta cuentan, su proceso de cultivo y maduración…y así poder cuidarla con éxito.
Ver películas
El plan de cine en casa es un clásico que siempre triunfa. Para que este plan de ocio se transforme también en uno con potencial educativo, se pueden elegir títulos en los que se fomenten valores como la amistad, la empatía hacia el otro o el amor por la naturaleza. Otra alternativa es visualizar cintas basadas en libros. De esta forma, seguro que en cuanto acabe la película, van en busca de la obra inspiradora.
Cocinar
El fin de semana puede ser el momento idóneo para realizar las tareas domésticas entre todos, enseñando a los más pequeños las responsabilidades del hogar y fomentando que ayuden en casa. Si nos centramos en la cocina, se pueden adaptar recetas a la edad de los miembros de la familia. También, hay que establecer el orden de las tareas y que cada uno tenga una asignada: cortar, lavar u hornear, entre otras.
Jugar en equipo
Los juegos en grupo son una manera de cooperar sin necesidad de transmitir un sentimiento de competición. Da igual quién resulte ganador porque la diversión es el objetivo principal de esta actividad para hacer en casa. Se puede optar por juegos de mesa o por crearlos desde cero, en los que toda la familia se involucra en su realización y normas. También tienen cabida los juegos de toda la vida: el ‘veo-veo’, el ‘pilla-pilla’ o el escondite. ¿Por qué no les pides que te cuenten a qué juegan en el recreo? ¡Quizá puedan adaptarse para hacerlos vosotros mismos!
Crear vuestro propio club de lectura
Incentivar el amor por los libros puede ser una tarea familiar muy entretenida. Los clubes de lectura son una manera de compartir gustos literarios y un momento de reunión para leer e intercambiar opiniones sobre el libro elegido. En esta actividad es esencial tener en cuenta la edad de todos los miembros de la casa para crear reuniones con diferentes temáticas. También es importante establecerlo en un buen lugar, como una estancia amplia y con luz o en la que los libros tengan especial importancia.
Restaurante El Callejón
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Horario de cocina
Martes a domingo de 13:30 a 16:00
Miércoles a sábado de 21:00 a 23:30
Cerrado lunes.