Si hay algo por lo que se conoce a la región de Castilla-La Mancha, sin duda ese algo es la cultura de los vinos. En esta región se cultivan muchas variedades de uva con técnicas ancestrales que marcan la diferencia en relación a la textura, el sabor y las notas distintivas.
Tanto es así que hay muchos vinos que se han merecido el sello de Denominación de Origen, llamando la atención de los paladares más exquisitos y teniendo que ser exportados a lo largo y ancho de todo el mundo. En total, la región ya cuenta con 20 denominaciones de origen.
Pero ¿qué es lo que hace que los vinos elaborados cuidadosamente en Castilla-La Mancha sean tan especiales y tan bien considerados a nivel nacional e internacional? En este post te contamos las claves que revelan las características exclusivas de los viñedos manchegos.
Pocas veces un territorio reúne todas las características necesarias para producir los mejores vinos del mundo. En la región de Castilla-La Mancha, las características climáticas y la geografía son aspectos que la convierten en una productora de vinos con nota sobresaliente.
Y lo mejor es que la región manchega contiene los ingredientes para cultivar y cosechar uvas de todo tipo, permitiendo la elaboración de vinos diversos, culminados por un sabor distintivo. El microclima seco y la tierra caliza son 2 factores que benefician a la producción del vino.
Pero es que además Castilla-La Mancha destaca por la calidad de producción en las bodegas. Así lo dice el informe publicado este noviembre por el Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola, donde el 53% de producción se concentra en el vino tinto y rosado.
Si a todo esto le sumamos que la región es una de las regiones pioneras en destacar dentro del ranking de producción vinícola nacional, no hay duda de que estamos ante una zona privilegiada para el cultivo y cosecha de las mejores uvas del territorio español por el momento.
La gastronomía local de Castilla-La Mancha está íntimamente relacionada con la cultura del vino. No es de extrañar, teniendo en cuenta que el cultivo de la uva en esta región se cuida hasta el último detalle para ofrecer un producto con menos agua y más cantidad de azúcar.
Esto hace que los manchegos se hayan esmerado en hacer protagonista de la gastronomía local todo tipo de vinos sabrosos, más aromáticos y de un peso mucho más robusto que el de la mayoría. De ahí que podamos visitar tantas bodegas de largo recorrido vitivinícola:
En el corazón de la Manchuela, Albacete, la bodega Las Calzadas da la bienvenida a los comensales para disfrutar de toda una experiencia culinaria acompañados de los mejores vinos elaborados en familia. Los gazpachos, el asadillo o el pisto se prueban con vinos locales.
En Dominio de Casalta, un paraje pintoresco que se esconde en la provincia de Albacete, está la bodega más ducha en cultivar uva a más de 1000 metros del nivel del mar, combinando varios tipos de suelo para ofrecer sabores distintivos con un toque ácido muy equilibrado.
Desde el 2003 se está investigando el arte vitivinícola en la bodega Mont Reaga, en Cuenca, con la intención de cultivar la uva sin dejar atrás la sostenibilidad. Productos como el Cabernet Sauvignon & Merlot se suelen tomar con guisos y carnes de forma típica en La Mancha.
Teniendo en cuenta la enorme herencia de la gastronomía local y el protagonismo de los viñedos en territorio manchego, no debería sorprendernos la relevancia que tiene el arte del maridaje. Este arte busca encontrar el equilibrio entre el vino y un plato tradicional.
Pero el arte del maridaje no es una obsesión de los paladares más exquisitos; es la meta última para sacar el máximo partido a la amplia gama de productos y vinos de calidad en Castilla-La Mancha. Si somos capaces de localizar el equilibrio, la experiencia culinaria se perfecciona.
¿Y cómo lo hacen los manchegos? En realidad, se ha creado toda una ciencia alrededor del maridaje, así que se sabe qué vinos casan con unos platos u otros y cuál es la sensación que se produce con cada bocado. Para entender mejor el maridaje, veamos algunos consejos:
Una de las normas más básicas del maridaje es combinar el vino tinto joven con los embutidos, como el chorizo, la longaniza o la morcilla locales de Castilla-La Mancha. Esto es porque el sabor ácido del vino crea el equilibrio perfecto con la textura grasa de los productos culinarios.
Uno de los platos más típicos de Castilla-La Mancha es el asadillo manchego, una receta hecha de huevo duro, pimientos asados y tomate. Tradicionalmente, este plato se combina con un vino blanco joven para brindar más frescura y así reducir la pesadez de cada bocado.
Si hay algo que no puede faltar en la degustación de un plato tradicionalmente manchego, ese ingrediente es el aceite de oliva. Este preciado tesoro puede acompañarse de pan, tomate y jamón serrano, además de un rico vino blanco aromático, como el verdejo o el albariño.
¿Quién no conoce el pisto manchego por su guiso de verduras sabroso que se sirve como tapa o acompañamiento? A este delicioso plato tan tradicional de Castilla-La Mancha no puede faltarle un vino blanco fermentado en barrica, típico de muchas bodegas manchegas.
La estrella de la cocina típicamente manchega es el queso, el cual se suele servir acompañado de un excelente tinto joven para equilibrar la frescura y aportar suavidad. Si degustamos un queso manchego curado o añejo, el vino tinto de crianza que tiene más cuerpo es aconsejable.
Restaurante El Callejón
Calle Guzmán el Bueno 18 bajo,
02002 Albacete
967 21 11 38
restaurante@restauranteelcallejon.com
Horario de cocina
Martes a domingo de 13:30 a 16:00
Miércoles a sábado de 21:00 a 23:30
Cerrado lunes.